—Un encuentro aparentemente fortuito. —dijo Hesy, sacó entonces la pequeña figurita de Amón, revelando la minúscula hendidura en su base. Con un movimiento preciso, la abrió, extrayendo el diminuto rollo de papiro. Meryre observó con una mezcla de admiración y curiosidad.
—Y esto, Maestro —dijo Hesy, extendiendo el minúsculo rollo—. Es un mensaje de Karnak. De la escriba Neferet. Ella sigue luchando, incluso desde su confinamiento.
Meryre tomó el rollito, sus dedos ancianos lo desenrollaron con delicadeza. La luz naciente que se filtraba por las rendijas de la ventana apenas iluminaba los trazos.
—Un mapa de túneles… —susurró Meryre, sus ojos agudos detectando de inmediato el diseño intrincado—. Pero no un mapa de ubicación, Capitán. Es un plano de acceso. Una ruta. Y esa pequeña estrella… la estrella guardiana. Es la misma que Huni dibujaba en sus notas. Neferet es una mente brillante. Su ingenio es una joya.
—Esta es la ruta que el Visir usa para mover lo que fuera está buscando o e