Quedaron con el Tano en que regresarían a Brévena al día siguiente. Él se quedaría en la finca Montenegro con Elías, donde estaría seguro lejos de las garras de Esteban y Ricardo. Solo cuando las aguas se calmaran un poco, irían a buscar a Lorenzo Márquez, el enólogo cuya culpa podía ser su perdición o su salvación.
Esa noche, Elías y Valeria se reunieron con Mauricio y Gabriel en la suite del hotel. Les contaron sobre el encuentro con el Tano y su disposición a ayudar. Gabriel, a su vez, mostró un hallazgo crucial: un rastro de transferencias que vinculaba directamente a Ricardo con la empresa pantalla utilizada en el contrato fraudulento contra los Alvaredo.
—Es un hilo directo —explicó Gabriel, señalando una línea en su laptop—. Aquí, el dinero sale de una cuenta offshore de mi padre y llega a esta supuesta empresa de inversión justo antes de que se ejecute el préstamo contra Javier Alvaredo.
Mauricio, pálido, agregó:
—Mi padre no me está contestando las llamadas. Y esta jugad