Era hora de irse.
PUNTO DE VISTA DE Catalina.
Los últimos días habían sido una pesadilla. Dondequiera que iba en la oficina, la gente me miraba fijamente.
Susurraban a mis espaldas. Sentía que no podía respirar.
Zoe era la única que me apoyaba. No dejaba de decirme que no me preocupara, pero ¿cómo no iba a hacerlo?
Ya tenía suficientes problemas en casa con mi hija portándose mal, y ahora esto en el trabajo. Todo se estaba acumulando y apenas podía mantener la compostura.
Todas las noches me quedaba despierta preguntándome quién me había tendido una trampa. ¿Por qué alguien querría hacerme esto?
No había hablado con Adrián desde el día en que encontraron el documento.
¿Qué podía decirle? Me daba miedo hablar con él, miedo de oír lo que pudiera pensar ahora de mí.
Aunque me había defendido, ¿y si pensaba que yo lo había cogido?
Esa tarde, estaba en mi escritorio cuando vi a Adrián salir de su oficina con Érico a su lado.
Se me aceleró el corazón. Me enderecé en la silla, sin sabe