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PUNTO DE VISTA DE Catalina.
Sentí la mirada de Vera clavada en mí cuando salió de la oficina de Adrián. Sus ojos me atravesaban y rápidamente aparté la vista.
No voy a mentir. Me sentía intimidada por ella, probablemente por su abrumadora confianza o por la culpa de haber sido sorprendida en una situación comprometedora con su prometido.
Sabía que tenía que tener mucho cuidado y evitar estar cerca de Adrián, de lo contrario mi peor temor podría hacerse realidad.
Podría sucumbir al deseo creciente entre nosotros y alguien podría pillarnos in fraganti. Eck, era vergonzoso solo pensarlo.
Así que durante los días siguientes evité a Adrián, y Vera y su amiga visitaban a menudo la oficina.
Agradecía su presencia porque así no estaríamos solos. Me di cuenta de que Vera y Liliana siempre me miraban de forma incómoda, pero yo fingía no darme cuenta.
El viernes me tomé el día libre para asistir a una reunión en la universidad de Carlota. Y el lunes volví al trabajo con alegría, s