Edneris despertó temprano, se dio una ducha rápida y se puso su uniforme perfectamente planchado, como de costumbre, una vez estuvo lista, subió a la cocina a preparar el desayuno, Owen saldría a las siete en punto, mientras que ella debía estar en la universidad a las ocho, el domingo lo había aprovechado para lavar su ropa, pasar la mopa por los rincones donde se acumuló un poco de polvo el sábado y ordenar el cuarto de Owen, que había dejado la puerta abierta, él no estuvo en todo el día y regresó pasadas las nueve de la noche, ya cenado, visiblemente agotado tras un fin de semana cargado de trabajo.
Mientras acomodaba el plato sobre la isla, escuchó la puerta principal abrirse, no tardó en ver a Owen aparecer, ya duchado y vestido con uno de sus elegantes trajes de oficina, llevab