Un final feliz. 1
Edneris logró convencer a Owen para ayudarlo en su oficina mientras conseguía otra secretaria, pero fue tan eficiente que poco a poco aplazó aquella búsqueda; le encantaba su desempeño, y además ¿Quién no desearía tener a su prometida en la oficina? Desde el primer día, las puertas de su despacho no volvieron a cerrarse: quería verla todo el tiempo.
De su llegada a la empresa habían pasado ya unos meses y su pancita estaba visiblemente grande, redondita y preciosa, estaba cerca de entrar en el séptimo mes de embarazo, tenían el cuarto completamente listo con todo lo que su bebé iba a necesitar, pues sabían que tendrían una niña. En grandes letras cursivas estaba escrito el nombre Sophie en la pared, y ambos contaban los días para que llegara el gran momento.
Con respecto a la familia de Edneris, no habían vuelto a saber de ellos, salvo de Alberto, que estaba en prisión preventiva mientras la fiscalía terminaba de investigar su evasión de impuestos. La suma ascendía a tres millones de