Nueva etapa. 3
Mientras Edneris se probaba sus nuevos labiales, Owen lavaba los platos de la cena: las hamburguesas más deliciosas que había probado en su vida, y no era solo porque su prometida las hubiera hecho; eran impresionantes, preparadas con tanto cuidado que podían convertirse en su comida favorita. Seguramente se las pediría más seguido, pero lo que más le encantaba de aquella noche era la sonrisa de Edneris, sus ojitos brillando de emoción por el regalo que le había hecho.
Terminó de lavar los platos y los colocó a secar, esas labores no le molestaban en lo absoluto. Cuando se dio la vuelta, ella ya estaba devolviendo todo a su caja, preparándose para subir al cuarto a dormir, aunque se había olvidado de que todavía no había guardado su ropa.
— Me iré a dar una ducha. — comentó Owen mientras se quitaba la camisa.
— Está bien... — respondió Edneris — En eso guardaré mi ropa y veré dónde acomodo la cajita de la mariposa. — no quería tirarla; era demasiado bonita.
— Sobre el gavetero de la r