Me doy la vuelta en cuanto percibo el otro lado de la cama vacío. Deslizo la mano sobre la sábana y la siento fría. ¿A dónde fue a esta hora de la madrugada? Suelto un bostezo y me estiro perezosamente, antes de sacar las piernas de la cama y apoyar mis pies sobre la alfombra. Ayer fue un día bastante agotador y exigente, todavía sigo sintiendo el rigor de mis músculos cansados. Disfruté del paseo, pero creo que fue demasiado para mí. No quise preocupar a Massimo, pero desde hace algunos días me he estado sintiendo mal.
Salgo corriendo hacia el baño porque mi vejiga está a punto de explotar. Sin embargo, me detengo a medio camino al sentirme repentinamente mareada. Apoyo la mano en la pared para estabilizarme.
―Sí, definitivamente, me exigí demasiado.
Me digo a mí misma mientras espero a que pase el malestar. Una vez que me siento mejor, me dirijo hacia el baño. Después de vaciar la vejiga, me cepillo los dientes, me lavo la cara y recojo mi cabello en un moño alto. Abandono la habitac