24- La Rendición del Deseo.
Era jueves por la mañana, el día antes de la boda civil. Gabriel estaba fuera con Aranda para finalizar los últimos trámites del matrimonio y del acuerdo prenupcial. Sarah tenía la penthouse para ella sola, el momento perfecto para actuar.
Sarah no confió en el proceso de auditoría de Aranda; era demasiado lento. Necesitaba la evidencia física de que Camila había reclutado al espía.
Se dirigió a su despacho personal, donde activó una línea cifrada y llamó a su contacto más discreto: un ex colega de sus días en el M&A, Fusiones y Adquisiciones, en Nueva York, ahora un experto en inteligencia financiera.
—Necesito que rastrees el rastro de un hombre, Antonio Garcés. Acceso a sus cuentas, cualquier pago inusual. La urgencia es extrema. Te necesito en dos horas —dijo Sarah, con su tono más frío y profesional.
El contacto, acostumbrado a las peticiones imposibles de Sarah, cumplió. Dos horas más tarde, el informe estaba cifrado en su tablet.
El análisis de las cuentas de Antonio Garcés rev