— Lamentablemente tendré que volver a casa en unos días. Papá me pidió que me ocupara de algunos asuntos en los campos de extracción de petróleo. Pero en cuanto pueda, regresaré… y creo que no será solo de paso —dijo ella de forma enigmática.
— Bien. Tengo asuntos que resolver —respondió él, afastando-se.
Pamela quedó observando la espalda ancha e imponente de John, su cabello perfectamente alineado y su andar firme. Sí, él era un hombre atractivo y merecía a alguien a su altura.
Reunió sus cosas, ignorando las miradas curiosas que la veían comportarse como si fuera la dueña de la empresa, así como los comentarios que sin duda surgirían después. No le importaba; al contrario, le gustaba que hablaran de ella.
Pero nada de eso importaba ahora. Ella había logrado impresionar a John. Con ese pensamiento, guardó sus pertenencias y documentos en el bolso, salió de la sala con pasos elegantes y una leve sonrisa en los labios, lista para poner en práctica la siguiente etapa de sus planes.
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