Elizabeth... La recordaba a la perfección: su delicada sonrisa, la más hermosa que jamás había visto, sus ojos azul grisáceo que brillaban al mirarlo, su cabello color miel que caía en suaves ondas... Siempre lo había cautivado con su discreción, sencillez y dulzura.¿Y ahora aceptaba casarse con él por dinero?Mientras Martha seguía hablando, John se sintió traicionado. La joven que él creía diferente no era más que otra cazafortunas."Al menos es guapa, no podemos negarlo. Es alta, esbelta, y sus rasgos son incluso de modelo, y eso contaba mucho", comentó Martha, ajena a la agitación interior de su hijo. "Y si tienen hijos...""¡Basta, mamá!", exclamó John, sorprendiendo a sus padres.Roger arqueó las cejas, sorprendido."¿Qué pasa, hijo? ¿No te gusta la decisión de tu madre?" "Necesito pensarlo", dijo John con frialdad, saliendo de la oficina y caminando sin rumbo por la mansión Walker, que parecía un castillo.John fue a la sala de juegos.En el bar del fondo, se sirvió un generos
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