—Thomas Scott —
Después de ducharme y tomar otro par de pastillas, bajé al comedor, dónde todos estaban desayunando. No tenía cara para verlos, pero debía aguantarme, este era mi castigo por haberlos metido en este problema.
—Hola cariño ¿Cómo te sientes?
—Hola mamá, pues qué quieres que te diga, como si un camión me hubiera pasado por encima.
—De cerveza sería hermanito, porque la cara que te plantas es de que no sólo pasó por encima de ti, sino que también te lo tragaste enterito.
—Cameron Scott…
—Déjalo, papá. Cam tiene razón y por eso quiero pedirles disculpas a ambos, de verdad que lo siento.
—Está bien, cariño. Lo bueno es que no pasó nada a mayores y todos estamos bien, ¿cierto Adam? — y esa era mi mamá, poniendo paños fríos al asunto, aunque mi papá y el abuelo Soré me miraran con cara de pocos amigos. La dulce sonrisa de mi madre valía por mil frente a todo esto.
—Buenos días familia…
Ese era Jack que llegaba con Mary, haciéndose el loco, como siempre.
Me gustaba ver a esos d