Inicio / Romance / Amar a otro CEO está Prohibido / Capítulo 9 “Casi enemigos, casi algo más”
Capítulo 9 “Casi enemigos, casi algo más”

—¿Así que finalmente hablaste con tu exnovia delirante? —preguntó Isabella sin levantar la vista su computadora.

Alex frunció el ceño. Estaban en la sala de juntas revisando avances de la aprobación del medicamento y ella no lo había mirado ni una vez en la última media hora.

—¿Te lo dijo Celeste?

—No. No necesito que me lo diga. Solo me bastó ver su cara hoy al salir de la junta, parecía que se había chupado un limón.

Alex se apoyó en la mesa.

—¿Y no merezco ni un “gracias por ponerle un alto”?

Isabella bajó lentamente el informe.

—No. Porque hiciste lo que debiste hacer desde el principio. ¿O qué quieres, una medalla por cerrar la puerta que nunca debiste dejar abierta?

—Wow. ¿Siempre tan amable con los hombres que hacen lo correcto… aunque sea tarde?

Ella lo miró con esa sonrisa ladeada que usaba cuando quería que alguien supiera que lo estaba analizando como a una molécula inestable.

—¿Y por qué tendría que ser amable? ¿Acaso eres un niño al que hay que enseñarle?. Tú estás en preescolar todavía.

Alex levantó las manos en gesto de rendición, pero no se fue. Se acercó más.

—Entonces dime, profesora… ¿Cuál sería el siguiente paso para ir directo a la madurez emocional?

—No mezclar emociones con trabajo. Mantener la mente clara. Y no coquetear con la competencia —dijo ella, cruzando los brazos.

—Ajá… ¿Y si la jefa me coquetea primero?

Isabella lo miró fijamente.

—Entonces es por que es una idiota con problemas mentales y de autocontrol.

Él rió. Fue una risa auténtica, liviana. Ella trató de no sonreír, pero no lo logro.

Más tarde, en el área de archivos…

Isabella subió a buscar una carpeta. Alex, por casualidad —demasiado bien sincronizada como para ser casualidad— apareció también.

Ambos estiraron la mano al mismo tiempo para alcanzar la misma carpeta en lo alto de la estantería metálica.

La electricidad al tocarse, un mal paso para evitarlo, un resbalón y de pronto… Isabella estaba encima de Alex, literalmente. El, con su cuerpo amortiguo su caída.

—¡¿Estás bien?! —preguntó él, conteniendo la risa.

—Estoy bien. Pero si me vuelves a tocar sin consentimiento, me voy a asegurar de que de CEO termines trabajando trabajes en el área de desechos biológicos —dijo ella, aún sobre su pecho.

—No sé si me das más miedo o más ganas… —murmuró él.

Ella se quedó mirándolo. Sus rostros estaban a centímetros, se miraron fijamente a los ojos, podía sentir sus cálidos aliento y el palpitar de sus corazones.

Y justo cuando ambos se inclinaron … un ruido estridente se escuchó justo en la puerta. Se separaron como si sus pieles se quemaran.

—¡Maldición! —murmuró ella, rodando a un lado—. En ese mismo instante recibió una llamada. Era Carla.

—¿Sí?… Ajá… Envíalo al correo. No, no me interrumpiste nada —dijo, mientras Alex se tapaba la cara con una carpeta para no reírse.

Cuando colgó, lo miro enojada, no con él, consigo misma por estar perdiendo el control.

—Te das cuenta de que todo esto es ridículo, ¿verdad? —dijo ella.

—Sí. Ridículo. Extraño. Tentador. Como tú.

Isabella se sentó. Se acomodó el cabello.

—Y tú eres insoportablemente encantador. —Agh! Detesto eso… y no te emociones.

—Lo sé.

—Y no estamos empezando nada. Ni romántico, ni emocional. Solo trabajamos juntos.

—Por supuesto —dijo él,—. Solo trabajo, nada de emociones, ni besos, ni sentimientos.

Ella al intentar salir, se tropezó con su propio tacón.

Y volvió a caer… justo contra su pecho.

Se miraron. Otra vez a centímetros.

—¿Otra vez? —susurró él.

—Otra vez… y renuncio —dijo ella, apartándose de inmediato.

Pero esta vez, la sonrisa que le lanzó antes de salir del archivo duró más de lo necesario.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP