(continuación)
Leonardo salió del estudio justo en el momento en que Isabella extendió el estuche con el collar a Esteban. Su rostro, sombrío pero sereno, reflejaba el esfuerzo que hacía por mantener la compostura.
—Buenas noches —dijo con voz firme.
Todos giraron la mirada hacia él. Su figura alta y elegante impuso presencia inmediata. Llevaba las mangas de la camisa algo arremangadas, como si hubiera estado manteniendo su temperamento dentro del estudio. Esteban, aún con el estuche en la mano, esbozó una sonrisa educada.
—Buenas noches, señor Montiel —respondió, tratando de mantener la cordialidad.
Leonardo avanzó con paso lento pero decidido. Su mirada iba directamente a Isabella. Al llegar junto a ella, sin pensarlo demasiado, se inclinó levemente y la besó en los labios. Fue un beso corto, pero lleno de intención. Isabella le respondió con una sonrisa tranquila, y la tensión en el ambiente se hizo casi palpable.
—Señor Bruno —dijo Leonardo luego, dirigiéndose a Esteban con una l