Mundo ficciónIniciar sesión(Alessandro)
Salí de la habitación sin mirar atrás. Las palabras de Gabriel seguían resonando en mi cabeza como un cuchillo girando dentro de la carne:
«Quiero quedarme contigo y con papá».
Y no hablaba de mí.
Caminé por los pasillos del hospital como un zombi. Quería correr, romper algo, incluso gritar. Pero seguí andando, firme, intentando mantener la respiración estable hasta llegar al aparcamiento.
Abrí la puerta del coche con demasiada fuerza, me dejé caer en el asiento y la cerré de un golpe. Me quedé allí, sujetando el volante, mirando a la nada.







