Excitación y confusión.
Continuación:
—Para mí es más insoportable tenerte de este modo. Créeme, me controlo mucho. Soy un ser que actúa por instinto, y ahora mismo mi excitación nubla mi razón —le susurró Atlas con voz ronca a Marlén, totalmente empalmado.
Avergonzada, y aún entre sus brazos, Marlén escondió la cabeza en el cuello de Atlas.
—Pero... Mateo, debo buscarlo. Yo le dije que se escondiera. Debe estar esperando a que lo encuentre. No sé cómo me entendió, pero lo hizo —musitó Marlén, entre asustada y consternada, porque aún le costaba creer que no fue una simple casualidad que Mateo desapareciera justo cuando ella le rogó hacerlo.
Como en un juego divertido, Atlas le concedió el control a su humano justo cuando Marlén estaba mirándolo a la cara.
—Tus... Tus ojos cambiaron. Eso significa que eres Elij... —ella lo señalaba, pero Elijah la interrumpió, colocando una mano en su espalda y pegándola bruscamente a su pecho, lo que provocó que ella soltara un quejido de dolor.
—Supremo, esto es un caos —vo