Ava Hills.
—Espero que me tengas buenas noticias.
La voz de Celso del otro lado de la línea me confirmó:
—Su orden fue cumplida, Alfa Ava. Los verdes prados, de Resplandor ardieron en llamas.
Hice un breve silencio antes de responder:
—Buen trabajo, tendrás tu buen pago.
—Señorita, ya sabe que yo estoy a su servicio para hacerlos pagar—.Dijo Celso en tono ceremonioso.
Aunque sus palabras eran un cumplido, el sabor en mi lengua era amargo.
No podía evitar sentir que estaba bailando al ritmo del caos que había desatado.
“ Se lo merecen “ , susurré al colgar el teléfono.
Tomé mi bolso y me dirigí al gimnasio. Era esta mi forma de intentar recuperar cierta normalidad.
La rutina de ejercicios se había convertido en mi escape, mi refugio.
Cuando el sudor corría por mi frente, algo dentro de mí se calmaba, y la furia que llenaba mi interior se transformaba en pura energía física.
Era mi forma de controlar el caos que había creado. Después de todo, debía ser fuerte, debía mantenerme