VAPORARIA - CASA DE ELOY - MEDIANOCHE

El silencio nocturno en la isla flotante de Vaporaria era muy diferente al de cualquier otro lugar que Zacary hubiera conocido en sus catorce años de vida. No era el silencio tranquilo del Monasterio Niebla que aun recordaba, la quietud relajada de la casita del bosque en Altocúmulo, y mucho menos el silencio ligado con gritos de riñas y de muerte que se oía a lo lejos durante las noches artificiales del Distrito de las Sombras, ni el silencio natural del campo que habían experimentado durante su viaje de escape. Este, era un silencio industrial: el murmullo constante de máquinas distantes, el siseo ocasional de vapor escapando, y el zumbido leve de los cristales de energía manteniendo la ciudad funcionando incluso mientras la mayoría de sus habitantes dormían, entre tanto otros seguían trabajando en alguna que otra fábrica.

«Supongo que me acostumbraré pronto», pensó Zacary con sus ojos abiertos, inmóvil en una de las literas de la habitación sec