Capítulo 3
Tres días después de mudarme de la casa de la manada, alquilé un apartamento en el centro de la ciudad.

Sin presiones del alfa, sin responsabilidades de la manada, y sin curaciones interminables, por primera vez, sentí algo de paz y tranquilidad.

Estaba en el balcón, saboreando un café, cuando sonó mi teléfono.

—¡Sofía! —Marcos sonaba agitado—. ¡Tienes que volver!

—¿Qué pasa? —pregunté, sin mucho interés.

—¡Se trata de la ceremonia de luna llena! ¡Faltan cuatro días para la Luna de Sangre y...! —su voz temblaba—. ¡Los preparativos son un desastre!

Casi me reí.

—Ese no es mi problema, Marcos. Ahora tienen una nueva Luna.

—¡Pero Vivian no sabe lo que hace! No conoce las hierbas para el ritual sagrado, los cantos de bendición, la manera de dirigirse a la Diosa Luna... está perdida.

—¿Y qué dice ella?

Marcos dudó.

—Que está aprendiendo... pero solo quedan cuatro días. Sofía, si la ceremonia de luna llena falla, la manada perderá la bendición de la Diosa Luna.

Le di un sorbo a mi café.

—Sí, eso suena realmente mal.

—Entonces, ¿volverás para ayudarnos? —preguntó Marcos—. Aunque sea para enseñarle a Vivian los pasos...

—Ponla el teléfono.

Una voz chillona le arrebató el teléfono: Vivian.

—Sofía, no le hagas caso a los reclamos de Marcos —dijo con impaciencia—. He estado estudiando tres días y la ceremonia de luna llena no es tan difícil. Solo se trata de recitar unas palabras y encender unas velas, ¿no?

Casi me atraganto con el café.

—Vivian, ¿estás segura de que entiendes para qué sirve realmente el ritual?

—¡Claro! No soy idiota —respondió con suficiencia—. Y ya tengo todo listo. Solo espera, verás que lo manejo perfectamente.

Tras eso, colgó.

Negué con la cabeza y volví a disfrutar de mi tarde de tranquilidad.

Tres días después, era el matrimonio de mi amiga humana Sara.

Usando un vestido azul claro, cuando llegué al hotel, la ceremonia ya estaba por comenzar.

—Damas y caballeros, por favor, tomen asiento —la voz del oficiante resonó por los altavoces—. Estamos reunidos aquí hoy para ser testigos de la unión sagrada...

Me senté hacia el fondo, lista para escuchar, cuando de repente, escuché una voz conocida.

—Diosa Luna, por favor, sé testigo de nuestro vínculo de pareja...

Giré la cabeza con rapidez y casi salté del asiento.

En otro salón del mismo hotel, Elías, vestido con un esmoquin negro, tomaba la mano de Vivian, que llevaba un vestido de novia blanco. Estaban celebrando su ceremonia de pareja justo frente a todos.

¡Habían escogido el mismo hotel que mi amiga!

—... concédenos amor eterno y prosperidad para nuestra manada...

Elías continuó con sus votos, totalmente ajeno a mi presencia.

Estaba a punto de escabullirme, pero la voz estridente de Vivian atravesó el aire.

—¡Sofía! ¿Qué haces aquí?

Todos se giraron para verme.

El rostro de Elías palideció.

—¿Sofía? ¿Qué haces aquí?

Me puse de pie, tratando de mantener la calma.

—Estoy aquí para la boda de una amiga.

—¿La boda de una amiga? —Vivian me miró con desconfianza—. No habrás venido a arruinar nuestra ceremonia, ¿verdad?

—¿Arruinarla? —Me reí—. ¿Por qué querría hacer eso?

Elías se acercó apresurado, con una expresión complicada en la mirada. —¿Tú... te estás uniendo a alguien más?

Parpadeé, entonces comprendí lo que pensaba.

—No, Elías. Solo estoy aquí por la boda de mi amiga Sara. Una boda humana —dije, señalando el salón contiguo—. No tiene nada que ver con ustedes.

—Entonces, ¿por qué elegiste este hotel? —gritó Vivian—. Hay montones de hoteles en la ciudad. ¿Tenías que escoger este?

—Porque la novia lo eligió —respondí con calma—. Además, supuse que estarían en un lugar tradicional para su unión, no en un hotel humano.

Elías se sonrojó.

—Queríamos algo… más moderno...

—¿Moderno? —Miré alrededor—. Entonces ¿por qué no está oficiando un anciano de la manada? ¿Por qué dejaron que el organizador del hotel lea un guion? Al menos, los Ancianos representan a la Diosa Luna.

La cara de Vivian se puso aún más roja.

—¡Todas esas reglas antiguas son un fastidio!

Negué con la cabeza.

—No tienen ni el respeto más básico y esperan que la Diosa Luna reconozca su vínculo.

—¡No necesitamos tu aprobación para nuestro vínculo! —Vivian mostró su enfado—. Estoy lista para la ceremonia de luna llena. ¡Voy a demostrar que soy una Luna perfecta!

Elías hinchó el pecho.

—Exacto. Vivian tiene un don natural para los rituales.

Justo entonces, sonó el teléfono de Elías, quién miró la pantalla con una sonrisa arrogante.

—Debe ser el Consejo de Ancianos. Seguro que nos están llamando para decirnos lo impresionados que están con las preparaciones de Vivian.

Confiado, activó el altavoz.

Pero lo siguiente que escuchamos fue la furiosa voz de la anciana Gracia retumbando por el altavoz, lo suficientemente fuerte como para que todo el salón la escuchara.

—¡Alfa Elías! ¿Qué diablos han hecho ustedes dos? —La voz de Gracia temblaba por la ira—. ¡El ritual sagrado es un desastre total! ¡La Diosa Luna RETIRO la bendición de nuestra manada completamente!

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