La sonrisa arrogante de Elías se congeló.
Vivian lo miró, desconcertada.
—¿Qué quieres decir? Hice todo tal como decía el libro...
—¿El libro? ¿Qué libro? —La anciana Gracia casi rugía—. ¡El verdadero corazón del ritual sagrado no está escrito en ningún libro! Es un conocimiento secreto, transmitido de Luna en Luna durante generaciones.
El rostro de Elías palideció. —Anciana Gracia, ¿qué sucedió exactamente?
—¿Exactamente? ¿Quieres saber qué sucedió exactamente? —La voz de Gracia se tornó gélida—. ¡La manada Luna de Sangre nos ha lanzado un desafío! Dicen que hemos perdido la protección de la Diosa Luna y que ya no merecemos nuestro territorio.
Los murmullos recorrieron el salón de banquetes.
—Y la Manada de los Colmillos Plateados —continuó Gracia—, exige que les entreguemos los terrenos de caza del este, ¡o nos declararán la guerra!
—¿Qué? —Gritó Elías, atónito—. ¿¡Cómo se atreven...!?
—¡Oh, sí que se atreven! —Lo cortó Gracia—. Porque en este momento, solo somos un grupo de hombres