Capítulo 58. Secretos financieros.
—No quiero escuchar ninguna explicación, Salomé —Théa estaba aturdida, apenas podía ordenar sus pensamientos tras lo que había presenciado—. No me digas nada por ahora. Esto es demasiado.
—No voy a justificarme —la sostuvo del brazo cuando llegaron a las escaleras—. Sé que metí la pata, lo sé mejor que nadie.
—¡Sería el colmo que no lo reconocieras! —se soltó con brusquedad, dándose la vuelta para alejarse, aunque la rabia la hizo regresar de inmediato—. ¿Dónde tenías la cabeza para fijarte en ese tipo?
—No me lo preguntes, porque no tengo respuesta —Salomé apretó los puños, maldiciéndose por haberse dejado arrastrar por un impulso tan estúpido en plena carretera. El error ya estaba hecho, y lo único que podía hacer ahora era rezar para que Théa no lo contara a sus padres.
Una cosa era que su hermana supiera del acuerdo matrimonial con Julian y le costara tolerarlo; pero era otra completamente distinta verla besándose con un desconocido en plena calle, como una…
—No quiero sonar como