Capítulo 41. Acuerdo de placer.
Johan atravesó la puerta de su compañía, para ultimar detalles que no quería dejar pendientes en cuanto saliera de viaje. Se veía más relajado esa tarde, aunque de sus rivales se hablara maravillas, no pensaba apresurar nada.
Escuchaba a Franelli mencionar sobre Sullivan teniendo un grupo enorme apoyando su apertura en la gira. Su asesor le mostró las últimas imágenes, en las cuales Richard Lang aparecía sonriente en su visita del día anterior en Florida. Vio a Borghese en Massachusetts y supo que el apresurarse siempre era un error.
—Los más fuertes actualmente son Sullivan y Lang —mencionó Franelli—. La imagen de familia unida es un ancla perfecta para atraer votos— salieron del elevador en dirección a la oficina personal de Johan—. Y un lado fresco, humano y femenino, sumado al hombre de negocios que tiene apoyo de grandes figuras en la política y en diversos sectores, le funciona muy bien a Sullivan.
Tomó la macbook donde se veía a Julian con la prometida que abrazaba de la cintur