Capítulo 42. Respiro limitado.
—¿Estás despierta aún? —preguntó Julián golpeando la puerta del dormitorio, mientras veía una taza de café volteada en la mesa, rodeada de papeles en desorden. —Salomé, responde o voy a entrar —advirtió, alzando un poco más la voz.
Johan apretó aún más las caderas de ella, hundiéndose con una fuerza que le robó el aire.
—Responde o va a entrar— repitió sobre su boca, mientras salía casi totalmente hasta solo dejar un par de pulgadas dentro de ella.
—No… te atrevas a —balbuceó Salomé, aunque un gemido se le atoró en la garganta. Se tapó la boca con la mano, intentando contenerlo, pero su cuerpo la traicionaba. Cada embestida la hacía temblar más.
El candidato no quitaba la vista de ella; la disfrutaba así, con la cara enrojecida, los ojos vidriosos por el placer y el pánico mezclados.
—Shhh… —le susurró, mordiendo la curva de su cuello. —Dile que tardarás un poco.
El golpe en la puerta se repitió, más fuerte.
—Salomé, ¿me estás oyendo?
—Sí…— sus terminaciones nerviosas estaban por es