Capítulo 209. Grito de celebración.
De la misma manera continuó la cena, hasta que todos se levantaron de la mesa. Robinsón tenía una reunión programada con sus abogados muy temprano. Orianne debía acompañar a Vito porque él necesitaba su opinión respecto a algo y Théa tenía que descansar porque Salomé le dijo que la llevaría a un sitio en donde se quitaría el estrés acumulado.
Todos subieron a sus dormitorios dispuestos a dormir.
Al segundo de quedarse solos, Salomé lo llevó a su habitación, en donde el tiempo y las apariencias de un hombre respetuoso se esfumaron. Ella tuvo que cubrirse la boca para que no supieran que su prometido tenía las manos muy bien ubicadas, y que su ropa podría ya se le hacía insoportable.
—Dijimos que aquí no— recordó Salomé con la respiración trabajosa.
—No me molestaría contrarrestó— Johan elevando la mirada para ver las mejillas sonrojadas y ese rostro que emitía punzadas en el cada vena. —Entonces vamos a mi apartamento.
—A veces me sorprende tu rapidez para solucionar algo cuando ne