Liah
No quiero hacerme esperanzas porque sé que si Leandro estuviera vivo, me lo haría saber, él no dejaría que yo pasara por este dolor. Sin embargo, aquí estoy, tratando de conseguir una esperanza.
—Liah, no esperé verte —dice Demetry al verme en su casa. ¿Cómo estás? Me da gusto verte.
—Tratando de entender qué sucedió. —Respira profundo.
Lo observo y parece todo menos un hombre que acaba de perder a su hermano.
— Tu hermano murió y parece que no te importa. — Me evade la mirada.— Dime la verdad.
—Liah. Ese día fue un caos, discutimos nuevamente, le dije algunas cosas que me arrepiento y horas más tarde se desangró en mis brazos, frente al abuelo, mi tía y don Juan. —Trago en seco de solo oírlo. ¾Quería avisarte, pero Leandro nos pidió que no, que t.enías el evento, que era peligroso y no te quería en este pueblo arriesgando tu vida.
—Yo… no puedo aceptarlo hasta que lo vea o su tumba.
—Verlo será difícil por el tiempo y su tumba. No te la hemos mostrado por órdenes judiciales. Fue