LIAH
Después de la reunión con uno de los trabajadores del señor Koller, llamo a Emma para terminar de arreglar unos asuntos para el evento porque la persona que quiso dañar al amargado no va a venir a arruinar mi trabajo.
—¡Ya estoy ajustando algunos detalles!— Responde Emma, una vez que me contesta. —¿Pudiste comunicarte con el amargado?
—No le digas de esa manera, y sí. Está bastante furioso, pero no con nosotros.
—No tendría por qué, ¿y ya sabe quién lo hizo?
—No, pero sea quien sea, vio el diseño y me preocupa.
—Liah, igual ya el diseño está publicado al aire, no es mucho lo que vaya a hacer.
—No lo digo por el diseño, sino porque en el correo que le mandé estaba toda la idea del evento y si fueron capaces de querer sabotear el producto con la marca, me preocupa que hagan algo.
—¿Qué se te ocurre? Cuidado con tus ideas locas, que te conozco.
—Nos toca usar el plan B, no me voy a arriesgar y el señor Koller va a tener que aceptar. Por lo tanto, dile a Carlos que usaremos