Liah
Pienso en cómo sería nuestra vida con un bebé, espero que donde esté él me perdone por no ser la madre que debí, porque definitivamente yo no me lo perdonaré.
—Llora mi amor, está bien desahogarte
—Tienes razones para odiarme, fui egoísta, irresponsable, problemática e hice que mataran a nuestro bebé.
—Mi bebé está muy orgulloso de la madre que tiene, fuerte, luchadora, sin miedo de que no se dejó intimidar por nadie, que luchó hasta lo último por él.
—Sabía que Liam me iba a matar y, en vez de tranquilizarlo y de comportarme, lo instigué. Lo herí. Quería lastimarlo como él te lastimó, no pensé en mi bebé, fui egoísta.
—No fue tu culpa, deja de cargar con algo que no hiciste.
¡Qué terco! Me aparto de él y lo observo.
—¡No lo entiendes! Yo lo busqué, lo provoqué, ¿por qué no quieres ver y aceptar que es mi culpa?
—Está bien, Liah. ¿Quieres que te eche la culpa de lo que sucedió? ¿te va a hacer sentir mejor? Fuiste una inconsciente al exponer tu vida y la de mi hijo de esa manera;