Liah
Salimos de la ciudad muy temprano y, como no sabemos si estábamos siendo vigilados o no, terminé en el coche con Carlos, Luis y Kira. Y aunque parece una locura, la llevé justo a mi departamento.
¡Leandro, me va a matar! Bueno, no lo hará, pero sí se enojará.
—Es más pequeño de lo que recuerdo —menciona Kira.
Mejor la ignoro. Escucho a Sol saludar y a Kira, fulminarla con la mirada.
—¡Señora! La extrañé.
—¿No es muy pequeña para ser tu sirvienta?
—No es mi sirvienta, es…No importa.
Kira se acerca a mis rosas y empieza a ver nuestras fotos.
—Necesito unos papeles. Voy por algunas cosas a mi despacho —dije —. No toques nada.
—¿Tu despacho o el de Leandro? — aclama con burla —. Ya te sientes la dueña de esta casa.
—No solo me siento la dueña, lo soy —paciencia.
Camino hasta mi despacho y busco algunos documentos para el evento y luego mis exámenes, para mi chequeo con el neurólogo. Ni recordaba esa cita con tantos problema.
—Impresionante. Muy tú, —escucho a Kira decir desde la puer