El evento benéfico de la Fundación Volkov & Darian Corp fue anunciado con semanas de anticipación: una gala con causa para financiar hogares de acogida, hospitales móviles y clínicas psicológicas para víctimas de abuso institucional.

La prensa lo cubrió con entusiasmo.

Las figuras influyentes confirmaron su asistencia.

Pero el verdadero espectáculo… ni siquiera estaba en el programa.

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Salón Aurora boreal.

Luces tenues. Mesas redondas vestidas con manteles de seda. Copas de cristal relucientes, los canapés servidos, botellas de vino a medio destapadar,

La élite se reunía con sonrisas falsas y vestidos que valían más que una vida, les podía dar.

En el centro del escenario, un atril. Y detrás, una gran pantalla, digital.

Y al lado, un solo nombre en el programa, con letras grandes:

«Y un discurso especial que estaba a cargo de: La Dama Misteriosa».

Los murmullos llenaron la sala.

—¿Será ella?

—¿La del incidente con Isabella?

—¿La que compró media joyería en frent