La ciudad los recibió con luces, caos y murmullos.

El vehículo negro de Darian se detuvo frente al edificio principal de Vólkov Enterprises, una torre de cristal que atravesaba las nubes.

Aelin bajó primero. —Traje negro entallado. Cabello suelto. Tacones de acero. Gafas oscuras.

Fue un silencio absoluto al entrar al lobby. Todos la recordaban… o pensaban que había desaparecido.

—¿Es ella…? — dijeron que estaba…

—¿Volvió con el señor Vólkov?

arian caminó a su lado, impecable, con una ligera sonrisa que decía sin palabras: «Sí, ella es intocable. Y es mía».

La recepcionista tragó saliva.

—Bienvenidos, señor Vólkov. Señorita…

Aelin, contestó con un movimiento de cabeza, e inmediatamente subieron al Penthouse. Piso 58. Oficina central.

Darian cerró la puerta tras ellos y le entregó una carpeta gruesa. —Todo el movimiento empresarial de las últimas semanas, está aquí.

Leonard está intentando tomar posición en sectores que eran nuestros.

Aelin hojeó las páginas sin expresión. —Qué patétic