Pasaron bastante tiempo en esa área y luego en la de impresión. El suficiente como para que Vera se encargara del favor que le habían pedido por la mañana.
—¿Quieres un café? —preguntó Logan a la chica.
—Sí me apetece, pero al parecer Vera estaba bastante ocupada, ni siquiera estaba en su lugar. ¿Quién podrá traerlos?
Eso le pareció extraño a Mónic; la pequeña era demasiado eficiente como para alejarse de su puesto a menos que tuviera algo más importante que hacer.
—Vamos nosotros hasta la cafetería, nos hará bien caminar un poco —no pudo evitar tomarla de la mano y arrastrarla hasta la calle.
Caminaron hasta la cafetería y al entrar, la dueña se percató de que era Logan quien llegaba. Le sonrió y no dijo nada al ver que él le guiñaba un ojo, dándole a entender que por fin lo había logrado con la chica.
Pidieron sus cafés y regresaron a la editorial.
Esta vez fue Logan quien se pasaría por las otras áreas para ver que todo estuviera en orden y luego subiría a trabajar en algunos pendi