Tomaron camino a la comisaría. Su estancia en ese lugar fue realmente rápida.
Tal como se los había dicho Jenkins, ya todo estaba listo y solo tenían que revisarlo y firmarlo.
Salieron de ahí y Mónic le pidió a Logan que pasaran por el hospital. No sabían si Chelsea había regresado o no, pero necesitaban saber cómo iba Adler. No porque les preocupara mucho su estado de salud, sino porque aún tenía una deuda con la policía que debía saldar.
Buscaron al médico que estaba a cargo del caso, y les dijo exactamente lo mismo que Chelsea les había comentado y lo que ya le habían informado a Logan por teléfono.
Lo que la dejaba tranquila era que los policías aún permanecían en el lugar, custodiando que, si despertaba, no pudiera escapar.
Se retiraron nuevamente a la casa. Pero esta vez, Mónic se despidi&oa