La mujer podía ser una delincuente con su boca, pero jamás le desearía el mal con sinceridad, ella quería a esa nieta en particular, pues era la única que sabía que estaba ahí sin ningún interés o malicia.
- QUIERO QUE TODO MUNDO DEJE DE HACER LO QUE ESTÁ HACIENDO Y SE PONGAN A BUSCAR A MI NIETA POR TODA LA CASA.
Cinthia, al parecer, sí vamos a necesitar que nos ayudes, así que deja el maldito móvil y comienza a buscar a Liliana. -dijo Talina con molestia.
- ¡ABUELA! -grito Cinthia molesta.
Talina, al escuchar que aquella jovencita insolente le respondía y no solo eso, le gritaba, se giró e inmediatamente le lanzo una bofetada.
- ¡Jamás! Oye lo muy bien, ¡Jamás me levantes la voz! Estás en mi casa, lo menos que puedes hacer es mostrar un poco más de respeto.
- ¡Mamá! -dijo Cinthia, tocándose la mejilla que había quedado caliente a y adolorida ante el actuar de su abuela.
Rebeca, que muy bien conocía el poder e influencia que tenía Talina, se negó a levantar la voz o defender a su hija