- Theodore Howard! ¡Jovencito! ¿Cuándo pretendes venir a visitarme? ¿Acaso vendrás el día que sea mi funeral? O, ni eso me voy a ganar, seguro solo me verás en la televisión, ¿Verdad? -dijo una mujer al otro lado de la línea.
- ¡Abuela, mi querida abuela! Perdona mi falta de tiempo, he estado un poco ocupado y no he podido viajar, pero prometo solemnemente hacer un espacio en mi agenda e ir a visitarte por un mes completo. -dijo Theodore con calma.
- Theo, no quiero que vengas un mes completo, quiero verte más seguido… -dijo la anciana mujer.
- Abuela, me ves por videollamada, ¿Acaso eso no cuenta?
- Theodore, quiero verte físicamente, quiero poder abrazarte, quiero ver que estás bien, mi cielo.
- Abuela, tienes a mis hermanos y primos en casa, con ellos debería bastarte. Bien, sé que ellos son los que hacen que tus días sean muy interesantes.
- Esos jovencitos no saben hacer otra cosa que meterse en problemas y meter en problemas a nuestra familia.
- ¿Ya ves? ¿Qué prefieres? Esa bola