De regreso en aquella habitación, ignorando todo lo que acababa de ser descubierto, Robert miro a Anya y comenzó a hablar…
- Bueno, pues literalmente, fue como te dije, movió cielo, mar y tierra. Cielo porque Theo precisamente estaba aquí, en Londres, había venido a visitar a la señora Howard, tan pronto como lo buscaste, tomó un avión lo antes posible para ir a verte, mar, porque cruzo todo el océano en para romper con la distancia que los separaba y tierra, ya que movió a todos los que conocía para salvarte.
- Esa historia no me la sabía… -dijo Anya recordando aquellos primeros días.
- Pues ese era nuestro Theo, ahora ya como que piensa mejor las cosas y controla mejor sus emociones, ¿no lo crees?
- Amo a Theo en cada una de sus versiones… Lo que le dije era verdad, cuando desperté aquel día, lo primero que vi fueron sus ojos azules, los cuales transmitían una paz y tranquilidad que jamás podré olvidar.
- Me da gusto por ti, por él, bueno, por ambos, pues ya era momento de