En ese momento, Theo entendió por qué desde hace varios días sentía algo raro en su pecho. Era un sentimiento que no podía quitarse, un extraño nudo que cargaba en el pecho y no sabía cómo deshacerse de él, ahora entendia todo mientras recordaba lo que había ocurrido hace unos días atras.
Un semana atras...
Florence se había percatado de su estado anímico y lo había cuestionado, ella creía que era por salud, pero no, esto no tenía que ver con su salud, esto iba más allá de aquello, esto era por alguien.
- Theo, ¿Qué te sucede? -preguntó Florence preocupada por aquel caballero.
- Nada, ¿Por qué preguntas? -dijo Theo un tanto sorprendido por la perspicacia de Florence.
- Te noto distraído, ¡Mírate! Hoy era una tarde para estar juntos y te noto en todo menos aquí… -dijo Florence con un ligero cambio en la voz.
- He tenido mucho trabajo y, siendo honesto, estoy un poco fatigado. -dijo Theo mintiendo sobre el tema.
- ¿Quieres dormir? -preguntó Florence curiosa.
- Íbamos a ver una película,