Con los primeros rayos de luz, Anya despertó, todo a su alrededor le daba vueltas, al poner atención en la habitación, se percató de que no reconocía nada de lo que había en ese lugar.
Un gran nudo se comenzó a formar en su garganta, pues trataba de recordar lo último que ocurrió y todo parecía borroso, su cabeza le dolía y tenía unas enormes ganas de vomitar, sin pensarlo dos veces, se levantó de la cama y busco el tocador en una de las 3 puertas que había en ese lugar.
Tan pronto como terminó de vomitar, se miró al espejo, se llevó una impresionante sorpresa. Su cabello rubio ya no se encontraba ahí, ya no llevaba maquillaje, ni la ropa que tenía puesta, ahora solo tenía un ligero camisón para dormir.
- ¿Qué… ¿Qué me paso? ¿Dónde estoy? -dijo en voz alta tratando de recordar lo último que sucedió.
Por más que intentaba, no podía, por más que intentaba, su mente estaba en blanco, miraba la habitación y no reconocía nada, aquel lugar, aunque no era nada extraordinario, todo estaba pulc