Dayana sentía que el corazón le dolía, pero eran ciertas sus palabras, ella no había llorado por ella, todo este dolor era impulsado por las lágrimas y preguntas sin respuesta de su pequeño Rui.
Ella se culpaba, pues de no haber continuado con ese matrimonio, de no haber aceptado casarse, de haber puesto más resistencia, de no haber aguantado por años esta situación, el pequeño Rui ahora no tendría el corazón roto.
- ¿Para qué Dayana? ¿Para que fue este maldito matrimonio? -decía mientras caminaba hacia la calle donde podría tomar un taxi.
Al salir de aquella mansión, sentía que el alma se le salía del cuerpo, sabía que las palabras de Rui la habían roto y si ella esta así, imaginaba lo que debía estar sintiendo su pequeño hijo, así que ahora mismo cogería un vuelo para ir a verlo lo antes posible.
Al salir de la propiedad, no se percato de la camioneta que estaba ahí, ella iba sumergida en su mundo, no le interesaba nada más.
- Dayana… -se escucho una gruesa voz, que sabia bien de qu