Thiago solo pudo ver cómo Dayana se marchó sin darle la cara y sin hacer más escándalo como él esperaba. Regresó a su escritorio, tomó la carpeta e inmediatamente salió de aquella mansión, pues sentía que el solo hecho de estar ahí le oprimía el pecho.
Él no lo había querido reconocer, pero sí, era verdad lo que dijo Dayana, aquella casa desde un inicio estuvo pensada para otra persona, esa casa la compró con todos sus ahorros, pues quería que esta fuera algo que él había comprado para iniciar su vida con Darla.
Era obvio, en ningún momento había pensado que no sería Darla quien viviría ahí, todo lo ahí comprado, toda la decoración, los colores, incluso hasta el jardín, eran al gusto de aquella mujer; sin embargo, debía ser honesto, Darla jamás querría esa casa, menos cuando aquel lugar representaba el pasado de Thiago.
Tan pronto como Thiago salió de aquella mansión, le llamó a Darla.
- ¡Esta hecho! ¡Voy a ir a ver al amigo de mi padre para que haga efectivo esto ahora mismo! -dijo T