- Anya, ¿Cómo estás? -dijo el doctor Steven, su psiquiatra.
Anya tenía la mirada perdida en la ventana de la habitación, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Al escuchar la pregunta, sonrió y dejó caer las lágrimas que tenía acumuladas.
- ¿Qué quiere que le diga, doctor? ¿Espera que le diga que estoy maravillosamente bien? -dijo Anya en forma irónica.
- Anya, nos preocupas a todos, Theo está haciendo todo lo humanamente posible por sobrellevar todo, pero si tú no nos ayudas, ¿Cómo podríamos ayudarte?
- Solo necesito que dejen de hacerme esa estúpida pregunta, ¿Cómo estás? ¿Cómo estás? -dijo Anya llevándose las manos a la cabeza. - ¿Cómo demonios voy a estar? ¡Estoy rota! ¡Estoy muerta! ¡Estoy tan cansada!
- Eso es lo que queremos escuchar, Anya, no queremos que seas la chica fuerte, queremos que nos ayudes a entrar para poder ayudarte… Sé que lo que sucedió es algo muy doloroso, pero de verdad, Anya, de verdad, todos los que te rodeamos, estamos muy preocupados por ti, hoy te dan de al