Isabella
Estaba contra la pared. Me dolían los hombros y tenía las muñecas marcadas. Cerraba los ojos y podía seguir escuchando ese portazo. Me iba a perseguir toda la vida, por idiota.
Pensé que me iba a encontrar con Jhonny. El chico dulce que me escribía todas las noches, el que parecía entenderme. El que me decía que era diferente, especial, que me merecía algo mejor que estar encerrada como una princesa en una torre. Qué estúpida fui. Me creí cada palabra, cada promesa. Me creí que alguien de afuera podía quererme sin saber quién era mi padre.
Vi el coche negro y fui corriendo. Una estúpida enamorada. El corazón me latía tan fuerte que pensé que se me iba a salir del pecho. Por fin iba a verlo, por fin iba a estar con alguien que me eligiera a mí, no al apellido Galli.
Se abrió la puerta y lo vi.
No era ningún adolescente. Era un hombre de casi cuarenta años, barba descuidada, ojos muertos. Se me cerró la garganta. Victoria me lo había dicho y no la escuché. Creí que me mentía, q