Navidad con los niños del orfanato p2. Esperanzas…
¡Qué hombre más terco! Señor, ¡¿Qué hice para merecer esto?!
Miro de reojo al cincuentón que va manejado a mi lado y la rabia bulle en mí.
«Señor, perdóname por pecar, pero este hombre me saca de mis casillas»
—De verdad eres un ser imposible de tratar, James O’Connor.
—Me lo han dicho infinidad de veces, pero gracias por recordármelo, Her… ma…ni…TA—«Pendejo»
—No tienes para que ser tan sarcástico, James. Manuel nos está escuchando y no es bueno que nos oiga discutir—digo, casi en un susurro, porque no quiero que Manu nos escuche, el pobre niño ha pasado por tantas cosas que no quiero ser una carga más en su corta vida.
—Pues entonces, deja de quejarte mujer, sabes que tengo razón y lo mejor es descartar cualquier cosa que pueda tener Manu.
Era imposible discutir con él, desde que llegó con mi hijo ese día al orfanato me di cuenta de que no debería haber aceptado esa ayuda.
¡Maldita sea!, ¿por qué le habré hecho caso a Blue ese día?
«