Sídney permanecía firme, su mirada penetrante atravesando la ventana de cristal, como si pudiera leer hasta los pensamientos más oscuros de Travis y Barry.Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, su respiración medida, contenida, mientras sus ojos seguían cada gesto, cada reacción. Por fin, rompió el silencio con la fuerza de la verdad:—Esta es tu amada Leslie —dijo, su voz cortando el aire como un cuchillo afilado—. La eterna amante de mi padre desde que era una jovencita. La que se metió en tu vida, Travis, la que fingió ser tu amiga, y luego fingió amarte… pero no por amor verdadero, sino porque quería que cobraras la herencia de tu abuela, para matarte y quedarse con todo, siendo tu esposa. Esta es la traidora por la que me dejaste.Travis se quedó paralizado. Sus ojos se abrieron enormes, angustiados, sus manos temblaban, incapaces de sostener nada.Su corazón latía tan fuerte que creía que todos en la sala podían escucharlo. No podía articular palabra; la verdad lo había dejado
Leer más