Capítulo 1. Su esposo está muerto
Olivia Monteiro bajó las escaleras al escuchar los neumáticos de la camioneta de Dante; su marido, estacionarse de forma brusca frente a la casa grande. Habían discutido esa tarde, otra vez por lo mismo. No podía quedar embarazada. No podía engendrar a su heredero en su vientre. Le urgía hablar con él, le urgía decirle que… negó con la cabeza y lo dejó para cuando lo viera, pero, al bajar, no era él, sino el peón que lo acompañaba a donde quiera que fuera.Tenía el sombrero entre las manos, la ropa sudada y los ojos enrojecidos.Frente a él, en el recibidor, se encontraba su suegra.— Doña Magda… — La voz del hombre joven temblaba—. Ha ocurrido una desgracia. El señor Dante... Hubo un accidente. Él… no sobrevivió.Un escalofriante silencio llenó la sala.La matriarca, erguida como un roble, no derramó una sola lágrima, aunque la noticia la atravesó como un cuchillo. Sus labios se fruncieron, su rostro se tensó, pero mantuvo la compostura de quien sostiene el peso de toda una familia.
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