La mañana había llegado Crystal y Arthur estaban frente a Cristian, Arthur le dio un abrazo y Crystal lo llenaba de besos haciendo que Cristian se sonrojara.— Mamá, ya no soy un niño.— Siempre serás mi bebé, y te aguantas, porque yo te hice completito así que tengo derecho de autor.Cristian blanqueó los ojos y abrazó a su madre rendido ante ella.— Volveremos a casa, cuídate ¿Sí?— Sí mamá, tranquila.Crystal se giró hacia Luz.— Nos vamos cariño, tienes mi número, cualquier cosa me avisas.— Lo haré Cristy.,Se despidieron de él con besos y palabras cariñosas, dejándolo en manos de su gemelo Arthur y de Luz. El viaje en auto fue tranquilo; al llegar al departamento de Luz, Arthur ayudó a bajar a Cristian entre los dos. Zeus, que había salido al recibidor, ladró feliz al verlo.—Vaya, ñato traidor, ¿me extrañaste? —bromeó Cristian con una sonrisa cómplice.—Sí, Zeus te extrañó mucho —contestó Luz, acariciando al perro.—Llevémoslo a la habitación —le dijo Luz a Arthur.—Hermano, ¿p
Leer más