—Antes de que sigas con tus amenazas, Logan, tengo una reunión privada con un inversionista japonés.Logan arqueó una ceja, confundido. Se levantó de la silla de inmediato, como si le hubieran concedido un respiro.—¿A dónde vas? —preguntó Nathan, con la voz grave que sonaba más a orden que a simple duda.—Acabas de decirme que tienes una reunión privada… me voy, ¿no? —contestó Logan, con un deje de ironía en su tono.Nathan esbozó una sonrisa helada, una que jamás llegaba a los ojos.—No. Quédate. Tú fuiste el modelo que expuso la marca, y quiere conocerte. Siéntate de nuevo y trata de comportarte como alguien de negocios. Luego haz lo que desees.Logan lo observó fijamente por un par de segundos, conteniendo un comentario mordaz. Finalmente, se dejó caer en la silla otra vez, aunque no sin antes robarle una manzana a la cesta que había traído Nara, al parecer muy temprano, antes de que él llegara.El crujido del mordisco resonó con descaro en medio de la sala. Nathan lo ignoró, cent
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