Crin miró Vladislav Dracul, con firmeza,
—Mi señor, yo siempre fui el desecho de la ciudad de Valaquia, y el ser más odiado e inhumano dentro de mi familia, siempre fui el juguete y el objeto de todas las torturas de mis padres, por esta razón he venido con UD su majestad, por qué a pesar de vuestra condición, tú eres el único que me ha tratado con respeto, tu tanto como yo compartimos un odio no solo por los bathory, sino que mi odio es contra toda la humanidad, dijo Crin llena de ira.
—no solo eras el desecho, si no hubieses sido rescatado al día de hoy, serias la bestia más odiada de toda Valaquia, tú eres mi forjador, y por esa razón te he traído, es para que forjes una bestia inmortal ya sea bestia, o humano, dijo Vladislav Dracul.
—forjaré lo que me pida mi señor, y si desea exterminar a los Bathory, le forjaré una de las peores bestias humanas inmortales, de este modo nadie de ellos podrá acabarlas, con un solo fin, el cual es exterminar a todos los Bathory, pero mi señor, si me permite, hay un odio mucho más profundo, que reside en mi ser, y su señoría lo decide yo mismo puedo crear un ejército para mi señor, con el fin de no solo extermine al clan de los bathory, sino que UD mismo acabe con toda la humanidad. Los cuales no son inocentes, todos los humanos son viles bestias perversas, si desea un ejército para exterminarlos con gusto daré mi vida y más para que UD aplaste a todos los humanos perversos.
—Oh, los humanos, son seres perversos, y solo están aquí para reproducirse como animales, su único deseo es acumular el oro, y son capaces de arruinar y destruir de todas las formas posibles a su prójimos, por eso los odio tanto como he odiado a Bathory, y no dudaré en usar un ejército si es necesario, respondió Vladislav Dracul, con una sonrisa en los labios pálidos.
—ahora vete. —enseguida señoría, dijo Crin, y se marchó.
Vladislav Dracul, subió las gradas, y recordó su niñez, sabía que en aquel castillo siu padre había forjado una enorme fortaleza, donde nadie de la inquisición pudiese ingresar, pero el edificio ahora estaba en ruinas, y todo el oro, y las tierras de los Dracul estaban confiscados,
Así que Vladislav no solo deseaba una venganza contra los bathory, también se vengará del arzobispo de Transilvania y toda la iglesia católica, uno por uno si lo consideraba necesario.
Pero por ahora necesitaba el experimento que Crin estaba forjando, y mientras más tiempo se tardaba, más furia y odio le inundaba el ser, Vladislav Dracul, deseaba hacer correr la sangre cuanto antes, su ira ya no podía contenerse, su plan había sido puesto en marcha ya años atrás,
tenía todo listo, pero solo faltaba un paso más, sí, se dijo en la mente, un solo paso más, y estoy seguro de que exterminaré a esos malditos, y recuperaré mis tierras y mis castillos, que por herencia me pertenecen.
Vladislav Dracul apretó la botella que acababa de tomar, y la deslizo entre sus dedos, y un aleve de gota de sangre corrió entre sus dedos pálidos y huesudos, de una cosa estoy seguro, así como corre la sangre debajo de mis dedos, así correrá la sangre de todos mis enemigos,
no tendré descanso hasta que haya exterminado cada uno de ellos, y si me es necesario morir, y con ella el hundimiento de la casa de los Dracul, será mi propósito, si muero abre cumplido con el propósito que todas mis generaciones me han trasmitido.