KYRION—Las hay, créeme. Pero mi orgullo no trabaja en conjunto con mi pene. Mi orgullo puede querer, pero él te quiere solo a ti, funciona solo contigo.—¿Sabes lo ridículo y cursi que suena esto? Especialmente de ti.Aparto el cabello de su rostro.—Es en lo que me estás convirtiendo, en un idiota, en tu esclavo.—Si eso fuera cierto, harías lo que pido.—¿Qué quieres?—Nada.No insisto. Puedo descubrirlo, estoy dispuesto a hacerlo.—¿Entonces no? —pregunto.—No hablo en claves, Kyrion.—Tampoco yo. Eres tú quien está jugando, Gema. ¿No sientes pena por mí?—No tengo razones para hacerlo.Suspiro, deslizo mis dedos por sus labios. Me mira con intensidad.Sujeto su mano y me las ingenio para llevarla a mi bermuda. Hago que lo sienta, que se dé cuenta de lo que hablo.—Me conformo incluso si dejas que te haga sexo oral, Gema.—Buenas noches, Kyrion —me da la espalda, sin saber que solo empeora todo.No me doy por vencido, beso su cuello, le recuerdo que es bueno para el parto, la acar
Leer más