Celina miró y vio al camarero —el mismo de la bandeja caída— aparecer con una expresión incómoda, sosteniendo la carpeta de comandas de lujo.—Perdona, Celina, pero… el caballero que entró en la cocina pidió que te entregara esto.El estómago de Celina se revolvió. Tomó la carpeta con las manos temblorosas.El camarero añadió:—Dijo que era para “la empleada más discreta de la casa”.Celina abrió los ojos con sorpresa, tragó saliva y abrió la carpeta. Dentro, había una servilleta doblada con un billete escrito a mano por Thor, con su caligrafía firme y elegante, además de unos cuantos dólares."¿Esconderte en el armario de las escobas? Esperaba más de la mujer que una vez me desafió con tanta osadía. Tu perfume siempre te delata, Celina.Ya que te gusta irte sin decir adiós, pensé que preferirías algo familiar.Esta propina es suficiente para pagar el valor de las copas rotas.—Thor."Celina lo encaraba con el rostro ardiendo, la sangre hirviendo. No era solo un billete: era un recuer
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