En la T&R Enterprise, Thor estaba concentrado, sentado detrás de su escritorio, con una pila de documentos frente a él. Firmaba papeles con precisión quirúrgica, como si aquel momento fuera su fuga. Su refugio. Su forma de olvidar su propio desastre.Vestía un traje gris oscuro, impecable; el rostro serio y los ojos cansados. No había dormido bien, y no por arrepentimiento. Sino por rabia. Por orgullo herido. Por algo que ni siquiera sabía nombrar.Su celular, que permanecía en silencio en un rincón del escritorio, ya había vibrado decenas de veces desde el amanecer. Mensajes de asesores, del equipo de marketing, de la prensa. Y, por supuesto, de personas cercanas, escandalizadas con el video que había viralizado la noche anterior.El video del brindis.“Un brindis por el hombre iluso… que creyó en el amor, dio la espalda y fue traicionado con una sonrisa. ¡Salud por mí… y mala suerte para ella!”Aquella frase, dicha en un arrebato de dolor y alcohol, ahora recorría el mundo como titu
Leer más